domingo, 20 de abril de 2008

Los nuevos retos económicos del Área Metropolitana de Vigo

La actuación fundamental en el Área Metropolitana de Vigo ha de centrarse en la creación de suelo industrial y en la ordenación del existente, con criterios de equilibrio social, económico y territorial.

Francisco Crusat G.
licenciado en derecho Gondomar

La económica mundial afronta en la actualidad nuevos retos derivados de los fenómenos de globalización y procesos de deslocalización en los que estamos inmersos. En el caso de Galicia, el problema se manifiesta con mayor crudeza. La economía gallega ha de hacer frente a desafíos añadidos: por un lado, la entrada del gigante asiático, China, en sectores básicos dentro de la estructura económica gallega; y por otro lado, la inminente pérdida de los Fondos de Cohesión europeos que veníamos percibiendo hasta ahora, pues Galicia dejará de estar catalogada como región menos desarrollada dentro de la Unión Europea. Pero lo hará no por haber aumentado y desarrollado su poder económico, todavía lejos de los objetivos de convergencia con las comunidades españolas y regiones europeas económicamente mas fuertes, sino por la entrada de nuevas regiones aún menos desarrolladas debido a la ampliación de la Unión Europea.

Frente a esos retos, se precisan nuevas soluciones y actuaciones que necesitan del consenso y participación de todos los agentes sociales, económicos e institucionales de Galicia. El comercio y la industria gallega tienen potencialidad suficiente para afrontar estos retos, pero necesitan de soluciones que tengan por objetivos la diversificación y ampliación de mercados, el desarrollo de infraestructuras, la oferta de suelo industrial, el desarrollo y optimización de los sistemas energéticos y de telecomunicaciones, la inversión en I+D y la ayuda, potenciación y expansión de las Pequeñas y Medianas Empresas. Cualquier actuación, no obstante, habrá de guiarse por principios, a mi juicio, fundamentales: por la sostenibilidad y respeto al ciudadano y su bienestar y calidad vital, por criterios de convergencia y vertebración social, geográfica y económica, y por una apuesta decidida por una política de productos y servicios de calidad y alto valor para competir.

Permítanme ahora centrar este análisis en la realidad más próxima que tenemos y que todos conocemos: Vigo y su área de influencia circundante, en cuanto a verdadero motor de la economía gallega, más por su propio potencial que por el apoyo institucional que se le presta.

La actuación fundamental en el Área Metropolitana de Vigo ha de centrarse en la creación de suelo industrial y en la ordenación del existente, con criterios de equilibrio social, económico y territorial. Hay que poner a disposición de los distintos agentes económicos suelo industrial asequible y de calidad que favorezca la implantación de empresas en general, y, en especial, multinacionales y empresas auxiliares de las ya instaladas. Así, son básicas actuaciones tales como la Plataforma Logística de Salvaterra-As Neves, la ampliación del muelle de Bouzas, la potenciación del Parque Tecnológico, la definitiva ordenación y desarrollo del Polígono de A Pasaxe-Gondomar, el futuro parque empresarial de Porto do Molle-Nigrán, la potenciación de los Polígonos industriales de O Porriño. Junto a éstas actuaciones más o menos avanzadas, nuevos parques industriales con mayor grado de especialización sectorial y logística en los demás Concellos. Dichos parques empresariales habrán de estar dotados de sistemas energéticos y de telecomunicaciones avanzados, de accesos e infraestructuras viarias adecuadas que permitan su desarrollo.

Al suelo industrial, y al ciudadano en general, le ha de ser inherente una gran red de infraestructuras de comunicación terrestre, marítima y aérea: la creación de vías de rápida comunicación entre los distintos parques empresariales, nuevos cinturones de circunvalación urbanos, el ansiado AVE, la potenciación del Aeropuerto de Peinador, la ampliación del Puerto y la creación de un verdadero puerto de trasatlánticos, la creación de estaciones intermodales de comunicación, la supresión del peaje de Rande y la interconexión de los Concellos del Val Miñor y sus polígonos industriales a través de la Autopista, la nueva autovía Pontevedra-Vigo y el nuevo trazado Vigo-Porriño, la mejora de comunicaciones viarias hacia la meseta, corredor atlántico y cantábrico, la implantación en Vigo de la futura Agencia Europea de Pesca, … Actuaciones, en definitiva, indispensables, que no necesitan de más demora y que exigen de la unidad, coordinación y consenso de todos los agentes económicos, sociales e institucionales de nuestra gran urbe.
Este desarrollo de las infraestructuras y redes de comunicación permitirá ampliar y expandir nuestros mercados, donde inevitablemente deberemos prestar especial atención al vecino mercado portugués, permitiendo así que la Euroregión Galicia-Norte de Portugal sea no solo una realidad social y cultural sino también económica.

Por último, no quiero dejar de mencionar ni a la Pequeña y Mediana Empresa, que debe jugar un papel primordial en nuestra economía, y que demanda medidas destinadas a favorecer la formación de sus empleados y su modernización, cooperación y acceso a financiación, ni a las necesarias inversiones en I+D y el relevante papel que en ello ha de jugar la Universidad.

Creo que éste ha de ser el mínimo análisis que debemos hacer de la situación actual y el futuro de nuestra economía, sin dejar pasar la oportunidad de señalar, a mi juicio, el modelo a seguir: Irlanda.

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