domingo, 20 de abril de 2008

Nuevos tiempos para nuestra economía

Complejo abordar el futuro de la economía gallega, pero a la vez oportuno y muy interesante. A corto y medio plazo se van a producir importantes cambios y ello repercutirá en la economía de Vigo y su zona de influencia.

Antón Carreira Padilla
licenciado en derecho y Postgrado en administración local - nigrán


De todos es conocida la importancia de la política económica que se aplica en cada zona y su influencia en la economía de cada región. Por lo que a nosotros nos toca contamos con un gobierno en funciones que abandonará la Xunta después de haber contado con unos fondos europeos que presidieron durante tanto tiempo buena parte de su política. Al mismo tiempo, todo apunta a la formación de un nuevo gobierno con una más que probable nueva política económica. Ésta está por ver, pero en cualquier caso los llamados a formar gobierno son conscientes que las ayudas europeas de las que durante tanto tiempo nos hemos beneficiado desaparecerán. ¿Significa ello que contamos con una buena economía? No necesariamente. Simplemente se han incorporado nuevos países con regiones más necesitadas que la nuestra.
En cualquier caso, la economía gallega dejará de depender de los Fondos de Cohesión. Digamos que alcanza la mayoría de edad. Ahora no le quedará más remedio que empezar a caminar sola, aunque "papá" Estado seguirá siendo solidario y empujando para que cada vez seamos más autosuficientes. ¿Como lo hará ahora que ya no podrá ir a Bruselas a defender los fondos que hasta ahora nos correspondían? Algunos especialistas en la materia apuntan a la posibilidad de crear unos Fondos de Cohesión a nivel estatal. Hemos dejado de ser una de las zonas más pobres de Europa tras su ampliación, pero continuamos siendo una de las regiones menos desarrolladas de la península, con lo cual volveríamos a ser máximos candidatos a dichos recursos.
En esta aventura el mando de las operaciones cambia de dirección política. La clase empresarial espera con expectación las decisiones que la nueva Xunta adopte en materia económica. De ello dependerá en gran medida el futuro de nuestra economía, pero desde luego no es el único factor. En un futuro no muy lejano no solamente los países del Este se llevarán los fondos que hasta ahora nos correspondían (no nos quejemos, ilusos seríamos si pensáramos que iban a ser ayudas indefinidas) sino que muchas multinacionales que hoy operan o piensan operar en suelo gallego considerarán seriamente la posibilidad de trasladar las plantas que hoy están montadas aquí o elegir aquellos países menos desarrollados para montarlas por primera vez, a pesar de que contemos con más infraestructuras. ¿Cómo hacer frente a este inevitable proceso?
Por un lado el fenómeno de deslocalizar empresas solo es protagonizado por grandes empresas. Ello no es ninguna ventaja. En Vigo y su zona de influencia la economía y un gran número de empleos gira en torno a ellas. No nos olvidemos que gran parte de las pequeñas y medianas empresas trabajan para estas multinacionales con lo que su futuro depende de éstas. El principal inconveniente para estas empresas es hacer frente a mayores salarios frente a una mano de obra más barata en otros países. Frente a esto lo único que podemos hacer es aventajar a los países menos desarrollados en otras necesidades: infraestructuras, comunicaciones, formación y especialización profesional, de tal modo que a estas empresas les compense el aumento del gasto en salarios y plantilla con una mayor productividad, sin que ello choque con la estabilidad laboral y la defensa de los derechos de remuneración, seguridad en el trabajo, jornada laboral, prestaciones sociales que tanto ha costado conquistar a la clase trabajadora. Lograr una economía más productiva es pues, el principal objetivo.
A nivel local se producirán en breve las primeras novedades. La creación del Área Metropolitana de Vigo permitirá asumir mayores competencias y contar con más medios para potenciar la economía local. Son contadas las áreas metropolitanas que existen en la península, pero vaya por delante que han sido decisivas para potenciar la economía más cercana, la que más nos preocupa. Hemos tardado en darnos cuenta de la necesidad de organizarnos de esta forma. Y como es costumbre, las distintas fuerzas políticas del entorno metropolitano han tardado en ponerse de acuerdo. Esperemos que con su creación, una adecuada política económica que potencie la creación de nuevas empresas y la debida inversión del Estado y de la Xunta, la falta de fondos comunitarios no nos coja de imprevisto.

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